LOS JÓVENES Y ADOLESCENTES, LA LITERATURA Y LA TECNOLOGÍA

La tecnología

¿ayuda o no ayuda a fomentar la lectura?

 Cada vez el segmento de jóvenes y adolescentes ocupa más espacio en las librerías

    Ilustración personal hecha en paint

Por Felipe Gaggero


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na pregunta que se hacen muchas personas como madres, abuelas o periodistas es que si los jóvenes y adolescentes argentinos leen literatura en el siglo XXI, aunque muchas personas digan que eso es verdad, hay mucha gente que piensa lo contrario. Desde mi punto de vista, eso es una gran falacia, yo en mi casa no leo mucho por diversión, pero a la hora de que sea mi obligación, lo hago. Existen jóvenes y adolescentes a quienes la lectura es lo que más les gusta, es su pasión, pasan horas y horas en frente a un libro leyendo historias que les parecen interesantes o por curiosidad agarran un libro y se enamoran de esto. También leen para cultivarse y saber más sobre algún tema como historia romana o anatomía, aunque para muchos esto es una distracción. Otra cosa que a mí me dificulta mucho leer, es no saber realmente qué genero me gusta, si ciencia-ficción, acción o policial.

Según la reconocida escritora argentina Lydia Carreras de Sosa los jóvenes “leen de una manera diferente; nuestros libros los leen; me parece que buscan un tipo de lectura diferente al que los adultos todavía no le hemos encontrado el gusto”. Según Mariana Vera, editora de Penguin Random House “Los adolescentes buscan pertenecer a una comunicad lectora para intercambiar ideas y relatos a partir de la propia lectura. En este sentido, Internet, a través de los blogs y páginas dedicadas al género, juega un papel importantísimo a la hora no solo de promocionar los textos y difundirlos, sino también al armar planes editoriales. Son los mismos lectores que piden alguna saga que ya salió en otro país”.

Mucha gente también le echa la culpa de la falta de lectura a la tecnología. Sin embargo, la tecnología es muy útil a la hora de leer; por ejemplo, los famosos e-books (libros electrónicos) ya son una realidad, incluso se venden a un precio menor que el producto físico, esto ha permitido que se reduzca el uso de papel. Otras de las ventajas de la tecnología es que se puede leer a cualquier hora en cualquier lugar. Diferentes estudios realizados en Argentina indican que durante y por culpa de la cuarentena se incrementó significativamente el número de lectores y suscriptores de plataformas de e-books y audio libros, lo que facilita la lectura. De modo que, por ejemplo, si estoy en el dentista, en la fila del supermercado o en cualquier lugar, estas nuevas tecnologías me permiten leer a cualquier hora en cualquier momento. Otras de las ventajas de estos “robots” es que no es necesario ir a un negocio como una librería para comprar un libro en particular.

Una encuesta señala que en el 26% de las personas de nuestro país, diariamente leen; más que Japón (20%), Bélgica (19%), Holanda (22%), Alemania (25%) etc. Estos resultados son gracias a que la mayor parte de estas personas que leen libros diariamente son  jóvenes y adolescentes.

Esto también se demuestra con el caso de las librerías argentinas que cada vez tienen más demanda de libros de literatura infantil y juvenil o bien libros escolares ya que es estos segmentos conforman la mayor parte de las ventas. Como asegura la Cámara Argentina del Libro (CAL) “En los últimos años aumentó la producción de libros álbum y literarios en el área infantil y juvenil, un segmento de la industria editorial local que crece en profesionalismo y calidad”.

 Por otra parte, la cuarentena sirvió para muchos como excusa para reencontrarse con la lectura. Según una encuesta privada, el 45% volvió a leer durante el confinamiento. El gobierno nacional quiere volver a distribuir computadoras a los alumnos de escuelas públicas antes que termine este año. La decisión de reanudar esta política se aceleró por el hecho de que la fecha para regresar a las aulas es incierta.

En fin, la lectura es una de las cosas que diferencian al ser humano del animal. Vuelvo a repetir que los jóvenes y adolescentes sí leen y mucho, hasta el punto de que esto ya pasa a ser algo rutinario, algo diario que forma parte de la vida de una persona 

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