LITERATURA JUVENIL

¿Para qué leer literatura?

Muchos jóvenes, entre ellos los adolescentes, suelen decir que no le encuentran sentido a leer literatura. Sin embargo, los beneficios de la literatura son incalculables.

                                   


                            Contagiar la magia de la literatura pensando en sus beneficios.

Por Matías Navarlatz

             

¿Para qué leer literatura? se preguntan muchos jóvenes de hoy mirando con desinterés las bibliotecas de sus padres. Ellos creen que leer es una actividad que no tiene ningún sentido, creen que la lectura les quita tiempo y que no representa ningún aporte valioso para sus vidas. Estas generaciones nacidas en el siglo XXI se encuentran mucho más interesadas en las herramientas que surgieron con las nuevas tecnologías, herramientas que significan entretenimiento garantizado, y que les posibilita comunicarse y estar conectados permanentemente. Sin embargo, la literatura representa mucho más que la posibilidad de entretenimiento permanente. ¿Para qué leer? Leer para enriquecer el alma, leer para potenciar las virtudes y talentos como seres humanos.  

Hoy en día muchos padres preocupados por sus hijos recuerdan aquellas épocas en las que ocupaban su tiempo libre entre libros y juegos de mesa. Esos padres preocupados relatan que Internet y las redes sociales captaron la atención de los jóvenes de estas nuevas generaciones y que la literatura ha pasado a formar parte exclusivamente de esas actividades obligatorias impuestas por los colegios.

Es cierto que Internet revolucionó al mundo y que por sus beneficios quedaron olvidadas otras actividades. Los buscadores frente a las enciclopedias, las redes sociales frente a los antiguos medios de comunicación, los GPS frente a los antiguos mapas, los juegos interactivos frente a las clásicas hojas de un libro. Así estas nuevas tecnologías pasaron a ocupar gran parte de la vida de las personas. Sin embargo, estudios recientes han demostrado que su uso abusivo en los jóvenes se ha visto relacionado con cuadros de depresión, hiperactividad, insomnio, disminución del rendimiento académico, abandono escolar, entre otros. Conociendo estas consecuencias, educadores y especialistas en el tema proponen un mayor control de estas herramientas por parte de los padres y un retorno a otras actividades como la lectura de literatura.

Leer literatura ofrece entretenimiento, brinda alegría, fantasía, intriga, emoción, ofrece al lector la posibilidad de vivir la vida, experiencias, aventuras y sentimientos de los personajes, recreando las escenas de las historias en su mente con su propia imaginación. 

Y más allá de ofrecer un gran entretenimiento, quizás sea también uno de los pasatiempos que más beneficios trae al ser humano. La literatura se relaciona con aspectos mucho más profundos de la vida como la educación, la información, la cultura, la salud, la posibilidad de influir en el mundo y transformar la ficción en realidad, de influir en las decisiones y opiniones. Leer literatura es como navegar en un extenso universo, en el cual se puede descubrir y potenciar de un modo incalculable la imaginación y los talentos y virtudes de las personas. 

            En efecto, la literatura se diferencia de cualquier otro entretenimiento porque produce en el lector un resultado completamente distinto a cualquier otro pasatiempo conocido.

Está comprobado que leer literatura ayuda a desarrollar la imaginación. Así cada escena leída es compuesta por el lector en su mente a través de los valiosos detalles y descripciones que los autores les proveen, y orientados por su imaginación reproducen cada acto como si ellos mismos estuvieran viviéndolo. En el marco de un estudio de la Universidad de Washington a cargo de la psicóloga Nicole K. Speer se demostró este efecto y en un artículo publicado en la revista Psychological Science en el 2009, la psicóloga afirmó que: “Los lectores simulan mentalmente cada nueva situación que se encuentran en una narración. Los detalles de las acciones registrados en el texto se integran en el conocimiento personal de las experiencias pasadas”. Y eso se traslada también en activar la creatividad a partir de lo leído.

No son menores los beneficios que proporciona la literatura a la salud. Al ofrecer momentos de relajación y disfrute, un estudio llevado a cabo por la Universidad británica de Sussex llegó a la conclusión de que la lectura puede llegar a reducir los niveles de estrés hasta en un 68%. También favorece el descanso, aumenta la memoria y ayuda a retardar enfermedades degenerativas.

Asimismo, leer literatura colabora en la educación de los jóvenes, provee información sobre su sociedad y las demás sociedades, sobre el pasado y el presente, y también sobre cómo ellas imaginaban o imaginan su futuro, ayuda a aprender sobre su cultura, sus intereses, sus costumbres. Con ayuda de la literatura, se llega definitivamente a comprender más sobre la historia de la humanidad.

Otro beneficio de leer literatura es que ayuda a la concentración y la empatía. Al poder ver el mundo desde diferentes ámbitos y puntos de vista, posibilita entender el pensamiento de los demás y así aprender a ponerse en el lugar del otro y entender sus sentimientos y su formar de actuar.

También la literatura puede influenciar en los pensamientos y opiniones y así ayudar a cambiar la forma de ver distintos aspectos de la vida. Justamente este es el caso del libro “Sé que estas allí”, un libro que trata de un tema muy difícil y preocupante, en especial en la vida de los adolescentes, como es el bullying. Al abordar el tema del bullying narrando un caso concreto, es un libro que puede concientizar a los adolescentes sobre la gravedad de esta cuestión, prevenir que ocurran situaciones similares y ayudar a los jóvenes que atraviesan o presencian este tipo de acosos. De la lectura de este libro, surge un claro ejemplo de cómo la ficción puede actuar como herramienta para cambiar la realidad. Así lo reconoció la escritora de este libro, Lydia Carreras, en una entrevista llevada a cabo con alumnos del Colegio del Salvador, al sostener que “…Lo que la ficción hace es ponerle nombre a la cosa, encararla de frente…  El bullying no es algo que tiene que ocurrir y si ocurre debe haber una defensa, una estrategia de protección hacia el que está sufriendo... las historias ayudan a hablar de eso… a partir de la palabra, de haber leído el libro, de haberlo analizado”.      

Muchos dicen que son grandes los obstáculos de hoy en día para que los adolescentes recurran a los libros como entretenimiento. Por eso, es tarea de los padres actuar y lograr que los jóvenes disminuyan el tiempo que dedican a Internet y a las redes sociales, invitándolos a sumarse al mundo de la literatura. En palabras de Matías White se debe “contagiar la magia de la lectura”. La recomendación de Lydia Carreras es que los jóvenes “lean solamente lo que les gusta”. De esa forma aprenderán a sentirle el gusto a la literatura y de ahí en adelante solos irán buscando nuevas alternativas de lectura. No debe dejarse de mencionar la importancia del rol de las escuelas y de la selección de los libros para cada curso. Los jóvenes necesitan incentivos para leer literatura y se debe ser muy cuidadoso al momento de elegir los textos. Sebastián García Mouret opina al respecto: “…Sabemos lo que nos gusta y sabemos los que no nos gusta… nos enseñan clásicos a la fuerza y hacen que no nos guste la literatura, los institutos deben fomentar la pasión por la literatura, crear lectores, si te apasiona la literatura en algún punto de tu vida querrás leer El Quijote… ”.

Finalmente, muchos jóvenes se preguntan para qué sirve leer literatura. Se lee literatura para disfrutar, para aprender, para informarse, para ayudar a nuestra salud; leyendo se puede cambiar la realidad, se aprende a ponerse en el lugar del otro, se enriquece el alma y se potencian las virtudes y talentos como ser humano. Por eso es necesario que padres y educadores trabajen juntos en “contagiar la magia de la lectura” a sus hijos y alumnos.  

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog