LITERATURA
JUVENIL
¿Es el avance tecnológico,
una amenaza para los libros?
El avance tecnológico
acelerado de esta época, influye sistemáticamente en los hábitos de lectura de
los jóvenes y adolescentes. Sin embargo, la industria editorial detrás de los
libros en papel y la cultura de leer en formato tradicional se mantiene.
La Kindle aparecida en el mercado recientemente, es una herramienta tecnológica potente al servicio de la literatura.
Por Cristóbal Thury
A partir de la entrevista que 2° año realizó con Lydia
Carreras de Sosa, surgieron diferentes temas de conversación. Uno, fue el
avance de las tecnologías y cómo afecta esto al libro impreso, como forma de
acercarnos a la literatura. El avance de las tecnologías es algo cierto y en
muchos sentidos bueno para los jóvenes. Pero también los libros se deben
mantener como aporte a la sociedad, ya que tienen una historia muy importante,
por ejemplo, si no fuera por los libros, hoy en día habría mucha información de
la antigüedad que no sería conocida o que hubiera sido olvidada.
“Las tecnologías son más eficientes que los libros…”,
es algo que se escucha mucho hoy en día. Este es un tema muy controversial,
incluso hay personas que lo denominan como una guerra ("La literatura se
vio en guerra con internet", dice Jim Hinks, editor digital de Comma
Press.).
Pero lo cierto es que, muchas veces, antes estos
avances ya sea tecnológicos o de otro tipo, una parte de la sociedad tiende a
realizar un movimiento contracultural volviendo a lo clásico. Este es el caso,
por ejemplo, de los vinilos y cassettes en la música, que tienen muchos
seguidores entre los jóvenes que los usan y los mantienen vivos.
En materia de libros, los avances tecnológicos no han
podido con ellos y pareciera ser que su reemplazo no va a ocurrir en el corto
plazo. Es verdad que el uso de papel perjudica los recursos naturales del
planeta y que el almacenamiento –poder tener muchos libros en un dispositivo-,
no utilizar espacio físico y la facilidad de transporte, son ventajas de lo
digital. Del otro lado, la industria de la edición es una amplia fuente de
trabajos y oficios diversos, hay un fuerte placer en el objeto “libro” y muchas
veces se verifica que las personas pudiendo leer de pantalla, eligen imprimir.
Esto, invalida el factor ecológico de la tecnología y el valor comercial del
libro. En otras palabras, que la gente imprima lo que puede leer desde un
dispositivo, es un arma de doble filo: se pierde una ventaja esencial de la
tecnología (el cuidado del medio ambiente) y se priva a la industria editorial
del ingreso económico que la sostiene.
Volviendo sobre la entrevista a la escritora Carreras
de Sosa y en línea con lo que arriba señalamos, preguntada sobre si escucha audiolibros,
ella comenta:
“Yo soy del papel, me sigue gustando el papel. Pero también he aprendido
que hay muchas cosas que conviven, con toda tranquilidad”
Reconociendo no haber probado las opciones digitales
de consumo de literatura, la entrevistada se presenta abierta a nuevas
posibilidades.
Concluyendo, las tecnologías son más eficientes que
los libros, pero no son una amenaza para los libros tradicionales. Compartiendo
la opinión de Lydia creemos que la convivencia de lo tangible e intangible es
posible.
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